Has sido seleccionado por la entidad organizadora de un curso para impartir una acción formativa a un grupo de alumnos. Puede tratarse de un grupo de trabajadores de una misma empresa, un grupo de trabajadores de diversas empresas o de personas desempleadas. O es posible que existan miembros de cada uno de esos grupos. Cabe que todos los alumnos cuenten con una elevada motivación para realizar el curso (sin duda, la situación ideal para el formador), pero en ocasiones eso no ocurrirá, y puede que por razones personales o bien por cuestiones externas, como que el alumno acuda al curso obligado por su empresa o por otras causas, su motivación no sea la más adecuada. En esta segunda situación es cuando la labor del formador se vuelve más compleja y la motivación de los alumnos en general y de cada uno de ellos en particular se hace más necesaria.
Tareas propias del formador
• Docencia El formador ha de transmitir una serie de conocimientos a sus alumnos de forma que resulten sencillos de asimilar. Para ello deberá realizar una adecuada combinación de contenidos teóricos y prácticos, redactar pruebas de evaluación o plantear supuestos de la actividad profesional de los alumnos en los cuales sea de aplicación la materia que está siendo desarrollada.
Ejemplo: Se está impartiendo un curso básico de prevención de riesgos laborales a un grupo de trabajadores de asesorías. Si la mayoría de los ejemplos que se ponen en clase se refieren a ergonomía a la hora de trabajar con pantallas de visualización de datos, se conseguirá más atención de los alumnos que si dichos ejemplos se centran en riesgos químicos o biológicos, dado que lo sentirán más cercano a su realidad laboral.
Ha de tener presente los perfiles de sus alumnos de forma que la materia sea expuesta de una manera acorde a sus conocimientos y experiencia y efectuar el seguimiento del aprendizaje.
• Cohesión En un grupo conviven diferentes personas, no solo con diferentes motivaciones, sino también con variado nivel de formación y de experiencia profesional. El objetivo del formador es impulsar la creación de un grupo en el que las diferentes características personales de cada alumno sean aprovechadas para crear un ambiente de colaboración en el desarrollo de la acción formativa. Para ello habrá de desarrollar la empatía en un nivel muy relevante. Es fundamental tratar de evitar la creación de “subgrupos” dentro del aula que dificulten el avance conjunto de la integridad de los alumnos.
Ejemplo: En un grupo existen tres alumnos con unos conocimientos sobre el tema inferiores a la media. Habrá que tenerlos presentes de una forma especial y apoyarles con explicaciones sobre cuestiones básicas de la materia o, por ejemplo, entregándoles material adicional mediante fotocopias, de forma que puedan seguir con facilidad el curso.
• Animación Vinculado con el punto anterior, se hace necesario que el formador realice un esfuerzo en mantener un ritmo activo en el desarrollo de sus clases. Es importante generar una interacción con los alumnos, de forma que se dote de vitalidad al grupo. De lo contrario, el resultado final será una disminución de la atención y la concentración con la que cuenten los alumnos.
• Organización Se requiere que el formador, siguiendo el temario previamente establecido, proceda a planificar el modo en que se desarrollará cada una de las clases, las materias que se van a impartir, las actividades prácticas que se van a llevar a cabo y, entre otras cosas, los momentos en que se llevará a cabo el descanso de la sesión. Ello implicará, por supuesto, contar con la documentación completa y complementaria que vaya a ser precisa, (documentos de apoyo, presentaciones en PowerPoint, etc.).
Ejemplo: El periodo de tiempo que se dedicará a cada aspecto concreto del temario va a ser muy complicado de determinar con carácter previo. Ello dependerá de factores tales como la mayor o menor participación de los alumnos o la cantidad de dudas que puedan surgir en el grupo. Por ello, el formador deberá haber planificado no solo lo que inicialmente tenía pensado impartir en esa sesión, sino material adicional por si es preciso emplearlo.
• Gestión Desarrollar un curso, en especial cuando el mismo se encuentra financiado con fondos públicos, requiere la adecuada cumplimentación de una extensa serie de documentación por parte del personal administrativo del centro, pero igualmente le corresponderá al formador colaborar en esa materia. Documentos tales como la hoja de asistencia, las evaluaciones o la hoja de entrega de material serán de cumplimentación obligatoria. Es fundamental la colaboración activa entre el formador y el personal del centro. Debe tenerse presente que cada plan formativo cuenta con requerimientos administrativos y que no deben darse por supuestas las normas que regulaban un curso que el formador pudiese haber impartido incluso poco tiempo antes, pero que perteneciese a otro plan.