Poseer un certificado de profesionalidad incrementa el currículo profesional y al ser un documento oficial puntúa en cualquier proceso de selección que convoque la administración pública y también sirve para acreditar al trabajador ante la empresa privada.
Los certificados de profesionalidad tendrán los efectos que les correspondan en cada caso con arreglo a la normativa de la Unión Europea relativa al sistema general de reconocimiento de la Formación Profesional en los estados miembros y demás firmantes del acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo.
Además, los certificados de profesionalidad tienen por finalidad:
- Acreditar las cualificaciones profesionales o las unidades de competencia recogidas en los mismos.
- Facilitar el aprendizaje permanente de todos los ciudadanos mediante una formación abierta, flexible y accesible estructurada de forma modular.
- Favorecer tanto a nivel nacional como europeo la transparencia en el mercado de trabajo a empleadores y trabajadores.
- Ordenar la oferta formativa del subsistema de la Formación Profesional para el Empleo.
- Contribuir a la integración, transferencia, y reconocimiento entre las diversas ofertas de formación profesional, referidas al Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.
O dicho de otro modo, los certificados de profesionalidad tienen por objeto impulsar y extender entre las empresas y los trabajadores ocupados y desempleados una formación que contribuya a la adquisición, mejora y actualización permanente de las competencias y cualificaciones profesionales, favoreciendo el aprendizaje a lo largo de toda la vida de la población activa y conjugando las necesidades de las personas, de las empresas, de los territorios y de los sectores productivos. La oferta formativa vinculada con la obtención de estos certificados constituye un importante instrumento en el desarrollo de las actuales políticas activas de empleo.